Dejar ir...
Dejar ir a alguien puede ser una de las cosas mas difíciles y feas que puede vivir el ser humano. Tal vez amamos como si nunca se fuera a alejar de nosotros y eso está bien, ya que al amar nos entregamos completos y no medimos lo que estamos dando
Nuestro dolor son los momentos que construimos en la mente, los sueños que teníamos con ellos y ahí es donde todo se pone complejo, porque dejar ir tú pedazo que se quedó con ellos se convierte en lo más difícil del mundo.
Más allá de planear o de desear una vida ideal, en nosotros había algo genuino, había un intención de poner cada ladrillo con esa persona y eso duele mucho y tal vez nos duele nuestra ingenuidad o que no supimos balancear las expectativas que nosotros románticamente colocamos en otros, tal vez amamos como si nunca se fueran a ir y eso también está bien.
No se ama por partes, como si fuéramos descubriendo descubriendo una baraja para saber si lo das todo, o al menos yo soy de esas que no soy de esas que no se van hasta que están rotos y los sacan en pedazos, a partir de esto asumimos que no es dejar ir a alguien, sino dejar ir todo lo que soñabas y sabias que querías con ese alguien.
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